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Uno de los cambios más importantes que ha sufrido Internet en estos años es que los usuarios, como colectivo, han tomado el poder en cuanto a creación y difusión de información, gracias a la aparición de la Web 2.0. No hace falta desarrollar una página Web compleja, ni tampoco ser ningún experto en nuevas tecnologías, para tener repercusión en Internet. La Web 2.0 es la evolución de la primera generación de Internet, pasando de una primera etapa estática y unidireccional, en la que se inicia el uso comercial de Internet, a un tipo de Web mucho más dinámica e interactiva, con la aparición de los foros, los chats y de plataformas mucho más fáciles de usar, como los blogs y las redes sociales.
En el terreno del marketing y la comunicación, los clientes ya no son una masa anónima y pasiva, ahora los consumidores pueden expresar su opinión sobre un producto o servicio y cualquier persona puede leerla. Si antes un cliente insatisfecho le contaba su opinión únicamente a su círculo social más cercano, ahora su influencia se modifica exponencialmente, de forma que un comentario positivo o negativo puede leerse en cualquier parte del mundo. La web 2.0 ha transformado la situación comunicativa en el proceso comercial.
La revolución digital también ha creado un cambio en los patrones de consumo. En mercados globales los consumidores tienen acceso a gran cantidad de información, son más influyentes, escépticos y exigentes y están menos sensibilizados hacia la publicidad tradicional. Por este motivo, valores como la honestidad o la cercanía cobran importancia en el proceso de toma de decisiones y las marcas se ven obligadas a orientar su branding corporativo a este nuevo modelo de consumidor para seguir siendo competitivas.
Dentro de este contexto destacamos el surgimiento de un nuevo fenómeno espontáneo, la figura del Influencer, Blogger o Youtuber (según la plataforma que utilice). Son chicas y chicos jóvenes, que, debido a su carisma, autenticidad o experiencia en un área concreta, cuentan con un número considerable de seguidores en sus redes sociales y son capaces de movilizar opiniones y crear reacciones entre los consumidores, ya que cuentan con la credibilidad necesaria para ello.
Es por este motivo por el que las marcas han visto en ellos una oportunidad para promocionar sus productos entre los consumidores escépticos y llegar de este modo al público más acertado. Las empresas establecen interacciones con los Influencers que más se adecuen a la imagen de su marca y les invitan a colaborar. Gracias a este tipo de colaboraciones, muchos jóvenes consiguen convertir su afición en un trabajo más o menos estable.
Como podemos ver, la figura del Influencer resulta fundamental en el terreno del Marketing Digital, hasta el punto en el que la propia Universidad Autónoma de Madrid estrenó en 2018 el primer curso universitario para ser influyente en redes sociales, no exento de polémica. Estar en contacto con un público tan inmenso conlleva una gran responsabilidad y quizás poseer ciertos conocimientos académicos sobre disciplinas como: economía, psicología o comunicación, ayudaría a muchos jóvenes Influencers a gestionar mejor su comunidad. No obstante, recordemos que, el poder de influencia reside en la autenticidad y en la credibilidad de las personas que están detrás de la pantalla y esto no se consigue fácilmente con formación. Además, es importante seguir manteniendo esa espontaneidad y respetar la libertad de los creadores de contenido para conseguir los resultados esperados. De nada sirve que una marca planifique detalladamente una campaña publicitaria y se la traslade al Influencer para que éste la reproduzca. Nadie mejor que él o ella conoce los intereses de su comunidad y la mejor forma para recomendarles ciertos productos.
Existen posturas opuestas con respecto al futuro del Marketing de Influencia. Algunos consideran que la confianza que los Influencers proyectan en sus seguidores sólo puede desarrollarse si su trabajo está libre de cualquier presión, algo que poco a poco irá desapareciendo debido a las colaboraciones con marcas. No obstante, la postura opuesta destaca que los datos siguen siendo extremadamente positivos. Instagram continúa creciendo día tras día, el número de Agencias de Influencers se multiplica y son muchas las empresas que reconocen la gran utilidad de las campañas hechas a través de Influencers, así como la calidad de los clientes que provienen de las mismas.
Algo que sí está claro, es que resulta indispensable preservar su autenticidad y que, lo más acertado para todas las partes es que las marcas sean capaces de encontrar al Influencer adecuado, con la audiencia correcta. Asimismo, éstos deberían de evitar trabajar con marcas que no se ajusten a su perfil; no obstante, esto puede no ser tan sencillo cuando estás empezando y tu trabajo diario por fin empieza a obtener sus frutos.