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Para poder entender la importancia de tener una marca personal, primero hay que saber de qué se trata. La marca personal es el conjunto de actitudes y estrategias para lograr venderse a uno mismo ante una empresa o para promocionar productos y servicios. Es el proceso de creación, gestión y comunicación de una marca o de uno mismo (personal branding). Enfocándolo de otro ángulo, la marca personal es el considerarse a uno mismo como una marca comercial con el objetivo de diferenciarse y conseguir mayor éxito profesional.
Por tanto, la marca personal es clave en los procesos de selección para poder destacar y distinguirnos de los otros candidatos. Pone en valor nuestras habilidades y conocimientos, mostrando nuestra imagen y vendiéndonos como profesionales. Así pues, estamos incidiendo directamente sobre la percepción de los demás, y si queremos que nos vean de la forma adecuada debemos cuidar los mensajes transmitidos generando contenido de calidad propio. Para ello ayudará el mostrar una imagen que verdaderamente se asemeje a la realidad, ya que no deberemos fingir y podremos potenciar aquellos aspectos más positivos de nosotros mismos.
Las personas son el primer “producto” de la empresa, entendidas como uno de los aspectos a cuidar y potenciar para conseguir de forma idónea los objetivos. Debemos ofrecer confianza, seguridad y escucha activa a los usuarios y clientes, para que se fijen en nosotros y sientan que depositan sus deseos y expectativas en buenas manos. Si nos diferenciamos del resto y afianzamos una buena relación con el cliente, fidelizándolo con nuestra marca o empresa, la competitividad con las otras marcas será un problema menos del que preocuparse.
Ahora la pregunta puede ser: ¿cómo construyo una marca personal? Respondiendo a ello, no hay que hacer nada extraordinario. Se trabaje en ella o no, todos tenemos una imagen que tan solo hay que potenciar y mejorar, diciéndole al mundo en qué destacamos, qué hemos logrado a lo largo de la vida, en qué somos expertos o en qué nos consideramos mejores. Es sencillo, solo hay que realizar un pequeño esfuerzo de introspección y escribir sobre lo que sabemos hacer, sobre lo que nos apasiona, sobre lo que nos aporta notoriedad. Hablar de lo que nos entusiasma siempre es buen comienzo, ya que a partir de un trabajo que se realiza con gusto pueden surgir grandes ideas y proyectos, ayudando así a la empresa o a la propia marca.
Por tanto, la clave de todo es ser fiel a uno mismo, a nuestra personalidad, destacar las fortalezas y compartir el lado más positivo. Esto también nos ayudará a sentirnos más seguros y tener más confianza, mejorando nuestras relaciones con los demás. La marca personal aumentará nuestro valor e influencia, y con ella podremos dirigir y potenciar la carrera profesional en la dirección deseada.