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¿Quién no conoce la historia de la carrera entre la tortuga y la liebre? En la que la tortuga gana la carrera porque, a pesar de ser más lenta, fue acercándose poco a poco a la meta. Yo creo que a todos nos habrá pasado como a la liebre en algún momento, nos ponemos una meta, comenzamos emocionados y al poco tiempo nos desanimamos, perdemos la motivación, ponemos excusas y terminamos abandonando esa meta. Sin in muy lejos, ¿sabías que el 20% de los propósitos de año nuevo se dejan en enero y que 8 de cada 10 personas nunca cumplen esos propósitos? Por poner un ejemplo, algunos de los propósitos más comunes el 1 de enero son:
- Aprender francés
- Comenzar un negocio
- Bajar de peso
- Dejar de fumar
Y la lógica nos dice que los pasos que deberíamos seguir para cumplir esa meta son los siguientes:
- Matricularnos en un centro de idiomas à para aprender francés
- Buscar proveedores à para comenzar el negocio
- Meternos al gimnasio y hacer dieta à para bajar esos kilos demás
- No comprar más tabaco à para dejar de fumar
Es decir, comenzamos como la liebre, con grandes pasos, muy motivados, pero poco a poco surgen otras prioridades, aparecen otros proyectos y vamos dejando de lado esos propósitos de año nuevo. Sin embargo, en lugar de hacer grandes cambios radicales en un corto período de tiempo, te invitamos a hacer pequeños cambios cada día que te llevarán gradualmente al logro de esos objetivos. En el artículo de hoy vamos a hablar de la filosofía kaizen como estrategia para el cumplimiento de metas y el desarrollo continuo.
Para llegar a cumplir las metas y no abandonarlas a mitad de camino, no estamos proponiendo ponernos metas pequeñas y conformarnos con poco, de tal manera que nos “aseguramos el éxito”. se trata de ponernos una meta SMART y llegar a ella mediante pequeños pasos constantes, que no requieran casi nada de esfuerzo y que sean fáciles de mantener en el tiempo.
La palabra Kaizen proviene de la unión de dos kanjis 改 (cambio) 善 (bueno) y puede traducirse como un cambio constante a mejor. Inicialmente surgió en el sector industrial como un método de gestión de la calidad, pero su filosofía también se aplica al ámbito personal. El método kaizen propone realizar acciones de mejora de forma constante, generando un proceso de mejora continua. Dichas acciones de mejora deben ser pequeñas, constantes, simples y baratas que logran grandes resultados en el tiempo.
La idea principal del kaizen es que siempre es posible mejorar, y nos invita a dar todos los días un paso hacia adelante, hacia esa meta a la que queremos llegar. El taoísmo tiene un refrán que resumen la esencia del kaizen: “Un viaje de mil millas comienza con un solo paso” . Esto quiere decir que por más pequeña que sea la acción que realicemos, cuando mejoramos poco cada día, lograremos grandes resultados.
La filosofía kaizen se basa en dos principios:
- Gradualidad: Se trata de descomponer el objetivo en pequeñas tareas, siguiendo nuestro propio ritmo. La idea detrás de las pequeñas acciones es distraer al cerebro y evitar que ponga excusas para no hacerlo. Por lo general, al plantearnos grandes estrategias para lograr las metas, el cerebro se siente desbordado por la cantidad tareas que tiene que hacer, al cerebro no le gustan los cambios abruptos en su rutina diaria, por lo que irá poniendo excusas para no hacerlas y regresar a su zona de confort.
- Continuidad: estas acciones deben ser constantes en el tiempo, avanzar todos los días solo un poco, es fundamental ser disciplinado y perseverante.
La filosofía kaizen se puede resumir en la siguiente premisa:
Herramientas kaizen para la mejora continua
En el libro “Un pequeño paso puede cambiar tu vida” de Robert Maurer, se explican 5 herramientas para aplicar el kaizen en cualquier área de tu vida:
- Hacer preguntas pequeñas: el autor pone de ejemplo una reunión de trabajo en la que el directivo comenzaba las reuniones preguntando a su equipo: “¿qué van a hacer para convertir a la compañía en la mejor del sector?”, pero nadie sabía qué contestar. El método kaizen fomenta las pequeñas preguntas ya que es una manera de entrenar al cerebro para ser más creativo. En lugar de hacer preguntas tan amplias y difíciles, se podría preguntar: ¿Puedes pensar en un paso muy pequeño que puedas dar para mejorar nuestro producto?”.
- Tener pensamientos pequeños: la neurociencia ha comprobado que mediante la inmersión sensorial imaginaria se puede moldear la mente. Requiere que quien la practique imagine que está realizando la acción, prestando atención a todos sus sentidos. Pone el ejemplo de Michael Phelps, parte de su entrenamiento para los Juegos de Pekín 2008 constaba de imaginar oyendo el pistoletazo de salida, dando el salto a la piscina y sintiendo el agua en su piel, dando giros perfectos en cada pared, etc. El día de la carrera se le metió agua en las gafas y podría haberle costado la victoria, sin embargo, él ya había imaginado ese escenario en sus ejercicios de modelación mental. De tal manera que usando la imaginación sensorial se pueden desarrollar nuevas habilidades y hábitos, sin mover un músculo.
- Realizar acciones pequeñas: es la parte fundamental de la filosofía kaizen. Se trata de hacer acciones tan pequeñas que no supongan ningún esfuerzo para quien las realiza, son fáciles, sencillas, no requieren ni mucho tiempo ni dinero. Por ejemplo: si una persona quiere tener la casa más limpia y ordenada, pero no tiempo ni ganas de hacerlo, una acción pequeña sería poner un cronometro 5 minutos limpiar una habitación hasta que suene la alarma. La idea es hacer una acción tan pequeña que no le permita al cerebro poner excusas para no hacerla.
- Resolver problemas pequeños: antiguamente, en el proceso de fabricación de coches, se montabas las piezas y al finalizar los inspectores revisaban que no hubiera errores, sin embargo, después de la segunda guerra mundial, Toyota cambió uno de los preceptos más importantes de la cadena de montaje, todos mecánicos, ingenieros y operarios podían parar en seco la cadena para reportar del error y que pueda ser reparado en el acto. Inicialmente todos pensaron que era una locura ¿cómo iban a parar toda la cadena? Pero resultó ser todo un éxito, solucionar un problema menor, evitaba que ese problema genere más averías y más costos de reparación de los coches.
- Reconocer los pequeños momentos: seguro has visto series policiales o de médicos (me viene a la mente Dr. House) en el que existe un problema muy difícil de resolver, pero, hablando con sus compañeros de otro tema no relacionado con el caso, de repente su cerebro hace clic y dan con la respuesta. En este punto se habla de reconocer esos momentos que pueden parecer ordinarios, pero que realmente contienen las semillas de un cambio importante. Prestar atención a los momentos pequeños puede parecer fácil, “pero se necesita respeto, imaginación y curiosidad”, según Maurer.
Los beneficios de la metodología de la mejor continua son los siguientes:
- Simplicidad en su aplicación
- Pone fin a la procrastinación
- Evita la resistencia al cambio
- Conduce a cambios permanentes
- Aumenta la creatividad
- Aplicación continua
- Cambio de actitud
Me gustaría terminar con unos versos de Machado, que hablaba del kaizen sin saberlo: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”.
Os invitamos a reivindicar el camino y tomar conciencia de la importancia del presente para tomar el sendero que nos llevará al cumplimiento de nuestras metas y a la mejora continua. Si necesitas ayuda para implementar la metodología kaizen en tu organización, te invitamos a pedir de forma gratuita una sesión de claridad.