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A la hora de realizar un trabajo, se intenta contratar a los mejores, como no podría ser de otra forma, a más capacidades, aptitudes y habilidades que posea nuestro personal, mejor saldrá todo; ese es el pensamiento generalizado, sin embargo, saber lo que hay que hacer y tener el personal apto para hacerlo no garantiza el éxito.
La productividad hoy y siempre, es el elemento más deseable dentro de una organización, pero no basta con establecer el protocolo de actuación para desarrollar una tarea y seleccionar a las personas que lo van a llevar a cabo, necesitamos garantizar que nuestro equipo humano va a poder desarrollar todo su potencial para que el resultado de esa tarea sea el máximo, buscamos eficacia y eficiencia.
Al planificar el trabajo, si tan solo se observa la organización como un rompecabezas y a los distintos miembros y departamentos como piezas, encajando unas con otras enseguida nos damos cuenta de que el ajuste, a priori, es perfecto, ¿es así? ¿O simplemente lo que se ve es lo que se quiere ver? La productividad deseada no es la que en realidad obtendremos, porque, una de las piezas son personas, y, por tanto, la complejidad del ser humano, sus necesidades, ideas, metas y deseos no pueden acoplarse con la simpleza con la que lo haríamos en un puzle; esa pieza, mirada con lupa, es muy compleja y no encajará de buenas a primeras.
SORPRESAS CON LAS QUE NOS PODREMOS ENCONTRAR:
- Abandono de la organización
- Bajo rendimiento y baja productividad
- Clima laboral malo
- Aumentar los salarios pensando que es dinero lo que quiere la gente descuidando otras variables, igual o más importantes.
Pero no todo está perdido.
Uno de los primeros aspectos a considerar para comprender mejor de qué va todo esto es la interacción.
El grado, intensidad e importancia de los intercambios, participación y movimientos que se producen dentro de un grupo por los distintos miembros que lo forman es importante. ¿Sí? Claro que lo es, si un equipo está integrado por distintos miembros, y son ellos los encargados de llevar a cabo una tarea, deberemos conocer cuál es su manera de interactuar, qué ocurre en ese grupo y de qué manera podemos, como organización influir para orientar sus acciones hacia la productividad.
Una vez comprendido que existe un proceso de interacción entre los miembros de la organización, y de que esa interacción es fundamental para que las tareas se completen, hay que dejar claro que esa interacción será más o menos fructífera en función de dos elementos motivación y coordinación.
Como señalaba Steiner (1972) en su modelo combinatorio de productividad, la productividad real que conseguiremos será el resultado de la aplicación de la coordinación y motivación existentes a la productividad potencial que puedan obtener las personas que hemos seleccionado para desempeñar la tarea, por lo que, podemos obtener una alta productividad real si hay una buena motivación y una coordinación eficaz o una baja productividad si dichos factores se encuentran de manera deficiente o no se combinan de forma adecuada.
Qué podemos hacer para conseguir una productividad que roce lo ideal, según Hackman (1987) una de las cosas más importantes para conseguir un resultado eficaz es diseñar bien el grupo de trabajo, si actuamos sobre la tarea y la hacemos motivadora, creamos un grupo ajustado a esa tarea y establecemos un marco normativo adecuado en el que se desarrolle la interacción del grupo, tendremos unas altísimas probabilidades de obtener lo que estábamos buscando, es decir, habrá un ajuste entre la tarea planeada y el resultado obtenido.
OBTENDREMOS BUENOS RESULTADOS SÍ DENTRO DEL GRUPO:
MOTIVAMOS:
- Damos cierta autonomía.
- Informamos del progreso y de posibles correcciones (feedback).
- Proponemos tareas retadoras con objetivos claros.
- Escuchamos las necesidades de los trabajadores e intentamos cubrirlas.
- Elegimos a las personas adecuadas para la ejecución de la tarea
COORDINAMOS:
- Clarificamos los roles del grupo para evitar ambigüedades
- Establecemos una buena organización que facilite la comunicación y el cumplimiento de las normas.
- Facilitamos herramientas para la toma de decisiones y la resolución de conflictos
No nos olvidamos de que. ante todo, trabajamos con personas.
Por tanto, cuando se quieran obtener unos resultados determinados, lo que habrá que pensar bien es qué tipo de tarea o tareas hay que realizar, qué personal es el más apto para ello y de qué manera se puede crear el entorno adecuado para que el rendimiento del equipo sea el máximo posible.